Parroquia Santa María de Aciveiro
Parroquia de SANTA MARÍA DE ACIVEIRO
Es una de las feligresías más ricas y relevantes en manifestaciones artísticas y arqueológicas, comenzando por las mámoas existentes en la sierra del Candán (Puerto Fieiro, Olleiros, Puerto Tixoa, A Lagoa e Campo da serra) y cuna de la más representativa de nuestro ayuntamiento, el monasterio de Santa María a Real de Aciveiro, joya del románico tardío, centro de la vida agrícola, comercial y artesanal durante los años que van desde su fundación, en 1135, hasta la desamortización de 1835. De planta cuadrangular, con las diversas instancias, como era norma en los conventos cistercienses, en torno a un patio o claustro interior, posee un templo de tres naves, con la central de cinco metros y medio de ancho, dividida en dos cuerpos: el primero formado por arcadas de cinco vanos y finalizado en sencilla impuesta de donde arranca el falso triforio (singularidad nada frecuente en las iglesias de la tipología cisterciense galaica, solo compartida con Santa Marina de Augasantas y Santa María de Xunqueira de Ambía, las dos del Románico ourensano). Una doble arcada de tres metros de alto constituye el segundo cuerpo Las naves laterales miden dos metros de ancho y contienen dos capillas dedicadas a San Bernardo y San Benito Todo el conjunto está coronado por techumbre de madera, y en los laterales se pueden mirar dos sepulcros labrados que posiblemente sean de don Pedro Martínez, de la casa de Sotomayor y del propio Sano Gonzalo de las Penas. El retablo se atribuye al escultor Miguel de Romay Los dos elementos más interesantes de la iglesia son la puerta románica que queda en la pared norte, y la triple ábside, verdadera obra maestra que presenta el típico taqueado «xaqués» en los arcos y «xadrezado» en las cornisas, y sirve de asiento la una inscripción de carácter memorial, además de contener otros detalles de tipo ornamental que muestran claramente el dominio de las técnicas de viruta, que se encuentra también presente en la factura y diversidad de capiteles en todo el cenobio.
Otras muestras artísticas y artesanales dignas de admirar son los numerosos hórreos anexos a las viejas casas de labranza, destacando lo que pertenecía al cantero Manuel López Barciela, en el lugar do Cotiño, finalizado en capeliña gótica, así como los cruceros, entre los que sobrancea el propio del campo del monasterio, realizado por Xosé Ferreiro en el año 1893. Este mismo cantero sería lo que se encargara también de llevar a cabo el crucero de la Plaza de la Iglesia de Forcarei.
En la cima do Candán quedan los vestigios de una ermita dedicada a San Benito, edificada por los frades que vinieron también erguir el monasterio a comienzos del siglo XII, posiblemente sobre los restos de una antigua ara pagana consagrada a Iovi Candamio, una de las advocaciones del dios Júpiter.