Parroquia San Mamede de Millerada

Existen dos castros bien conservados en Millerada, el castro das Rodeiras, en las cercanías de Garellas, que aún posee las defensas en todo el recinto y en el que se descubrieron restos de primitivas viviendas, y el castro da Mouteira, en Fixó, de forma circular, con foso y antecastro.
La iglesia parroquial es quizás la más hermosa da Terra de Montes. Presenta planta de cruz latina y ábside rectangular, con los brazos a distinta altura que el cuerpo principal. La fachada está conformada por un primer cuerpo finalizado en golas con un pequeño pináculo en cada una de ellas, y el campanario armado en tres cuerpos, cuadrangular el primero, hexagonal el segundo, con arcos peraltados los dos, y el tercero que forma un «cupuliño» hexagonal de «cascarón». En su interior destaca la capilla de los Remedios, que presenta un hermoso retablo de principios del siglo XVIII, digno representante de la escuela barroca popular, obra del artista Felipe García, con ornamentación a base de guirnaldas, flores, hojas y frutos. También encontraremos una bella imagen de la Virgen del escultor compostelano Rodeiro Seoane, y el escudo de armas de la familia Soto-Varela y Ogando, la cual pertenecía al último de los Jueces-meriños y primer Alcalde de Forcarei, don Alonso de Sótano Cortés, nacido en el pazo de Hermosende, único ejemplo de arquitectura señorial del ayuntamiento, del año 1711.

En este pazo, durante la invasión del ejército napoleónico, mandó guardar Frei Felipe Serrano el llamado «Tumbo Grande”, verdadera reliquia documental por ser el único material que se salvó de la biblioteca cenobial de los incendios y de la rapiña francesa. En el cementerio se encuentra una hermosa imagen del Corazón de María, entre dos columnas «salomónicas», esculpidas por uno de los mayores canteros de la comarca, Manuel Doval Cadavid.

Las Neveras de Fixó (ficha recogida individualmente) son uno de los elementos o recursos patrimoniales mas relevantes de esta parroquia . Situadas a 800 metros de altitud, se vinculan con el monasterio de Aciveiro. Son dos grandes «pozas» que tienen cuatro metros de profundidad y una anchura de seis metros. Se conserva la casa del Neveiro, responsable de la venta de hielo, su contabilidad y mantenimiento de las construcciones. El hielo era utilizado para la conservación de la carne, enfriar bebidas y usos medicinales.

Durante la época invernal se recogía y prensaba la nieve y se protegía con paja y maderas. El comercio de esta suponía la principal fuente de ingreso del monasterio.
También podemos hacer referencia a un monumento megalítico como la Mámoa de Rofete. Mámoa sin ortostatos consistente en una coraza de mampostería sobre una cubrición de tierra. La mámoa fue seccionada por la mitad por la construcción de un corta-fuegos.

En la misma parroquia se encuentran dos capillas también de cierto interés, la de San Antonio de Garellas una de las más antiguas del ayuntamiento, de 1678 y emplazada a pocos metros del Castro de Garellas y la de los Milagros de Vilariño.